TERAPIA DIALÉCTICO CONDUCTUAL
La TDC (Terapia Dialéctico Conductual) es un tratamiento que une las terapias centradas en el cambio del comportamiento con la filosofía dialéctica y prácticas del budismo Zen.
En la década de los 90 del s.XX la doctora en psicología Marsha Linehan desarrolló la TDC para facilitar el tratamiento de pacientes con riesgo suicida por su alta inestabilidad emocional e impulsividad.
El enfoque biopsicosocial de esta terapia entiende que los problemas de disregulación emocional que la persona padece son el resultado de factores genéticos que la predisponen a ser vulnerable emocionalmente y la suma de un ambiente invalidante que no tolera ni sabe atender la forma de expresarse de la persona. Esta suma genera que se desarrollen formas desadaptativas de expresarse y comportarse.
Los principios de la filosofía dialéctica se centran en que la naturaleza fundamental de la realidad es el cambio, es decir, la realidad no es estática e inmóvil sino todo lo contrario, lo que permanece en la realidad es el cambio constante.
Por otro lado el papel de la validación y la aceptación es fundamental en esta terapia. La validación consiste en percibir una experiencia sin ningún tipo de prejuicios, solamente atendiendo a su función y a las circunstancias. La validación entonces se convierte en el primer paso de la aceptación, ya que si una persona valida sus sentimientos y sus acciones tendrá más capacidad de entender por qué ocurren.
La práctica Zen a partir del Mindfulness en la terapia está destinada a mejorar las habilidades de consciencia de uno mismo y del contexto. Esto ayuda a integrar la mente racional y la mente emocional.
Así esta terapia busca solucionar problemas conductuales a partir del incremento de consciencia y la aceptación. Se hace especial hincapié en la adquisición de cuatro tipos de habilidades, las habilidades de consciencia, habilidades de regulación emocional, habilidades de efectividad interpersonal y habilidades de tolerancia al malestar.
La TDC se ha mostrado como la terapia más eficaz para tratar a pacientes con trastorno de personalidad límite en la primera fase de tratamiento y también se ha empezado a aplicar en otro tipo patologías como los trastornos alimentarios y las adiciones. Igualmente los principios de esta terapia pueden ser aplicados a otras patologías que cursen con un alto nivel de malestar.