Mejorando durante la depresión
Aquí tienes algunas recomendaciones básicas para manejar con mayor eficacia los estados de ánimo depresivos.
Las crisis no son barreras insuperables, sino situaciones para que nos adaptemosHay situaciones dolorosas y negativas que nos producen sentimientos de impotencia muy profundos. La impotencia tiene precisamente la función de informarnos de que la situación no se puede cambiar, así desde esta posición debemos aceptar que los cambios nos los debemos buscar fuera sino dentro de nosotros, en nuestras actitudes y perspectivas del problema.
Evitar la evitación
La depresión conlleva una profunda sensación de ineficacia y torpeza mental en lo personal y en las relaciones sociales. Para no sentirnos mal evitamos todo aquello que nos suponga un problema pero finalmente acabamos encerrados en nosotros mismos sintiéndonos peor. Evitar la evitación nos predispone a desempolvar nuestras estrategias de afrontamiento y tomar decisiones lo cual rompe uno de los círculos viciosos de la depresión.
Tener objetivos realistas
La falta de objetivos realistas es uno de los grandes problemas de la depresión. A veces debido al sufrimiento y la desesperación podemos aspirar a metas fantásticas e inalcanzables volviendo a reincidir en el sentimiento de frustración y fracaso personal. Por ello es preferible centrarse en logros muy, muy pequeños, metas inmediatas y cortas que no requieran grandes gastos de energía.
Cuidar y crear relaciones
Mantener los vínculos con nuestros seres nos ayudan a prevenir sentimientos de soledad y aislamiento a la vez que nos mantienen conectados con el mundo exterior. Formar parte de asociaciones, grupos y colectivos favorece nuestro desarrollo y fomenta emociones positivas como la compasión, la satisfacción, la colaboración y nos realiza socialmente.
Fomentar acontecimientos emocionales positivos
Frente a los sentimientos de desesperanza, desmotivación, tristeza y desesperación es importante empezar a exponerse a sentimientos de compromiso, gratitud, fluidez, ánimo, amor, colaboración y entusiasmo. La idea no es sumergirnos en un estado de euforia sino recibir dosis pequeñas de emociones positivas para empezar a compensar las emociones negativas. A corto plazo haciendo nuevas actividades cotidianas, durante el día a día.
Cuidarme también es atender mis necesidades físicas
Es habitual perder mucho peso en depresión porque no tenemos hambre, padecemos insomnio o dormimos en exceso estando en la cama de forma indefinida, no hacemos actividades por la falta de energía, perdemos hábitos higiénicos, etc. Entender que no solamente somos lo que sentimos nos puede ayudar a ver las necesidades reales que tenemos. Por ejemplo, si siento mucho sueño después de haber dormido doce horas en el sofá el pensamiento deprimido nos puede llevar a la conclusión errónea de que necesito dormir más porque no he descansado bien, cuando la necesidad de mi cuerpo es tener un hábito de sueño organizado y saludable en la cama, por lo que debería levantarme y activarme e intentar en la noche siguiente empezar a coger un buen hábito de sueño.
Esta desorganización nos ocurre con la alimentación, el sueño, la actividad, el ejercicio y las relaciones. La depresión es un estado de vulnerabilidad emocional nos impide ver cuáles son nuestras necesidades físicas y psicológicas y debemos aprender a atenderlas manejando el pensamiento deprimido en lugar de dejarnos llevar por él.
Mantener una mirada panorámica
Habitualmente cuanto más intensos son los sentimientos más nos ensimismamos y menos capacidad de ver las cosas en conjunto tenemos. Por ello cuando estamos deprimidos perdemos el contacto con los aspectos positivos y generales de las cosas, centrándonos en los negativos y los detalles. Muscular nuestra actitud y forma de pensar es una parte muy importante de nuestros hábitos mentales, por ello hacer el ejercicio diario de mirar hacia nuestros problemas de forma panorámica, de lejos, nos ayuda. Cuando existe esta visión de conjunto tenemos una sensación genuina de comprensión interna debido a que estamos transformando nuestro sufrimiento en aceptación. Y aquí no hay trampa ni cartón, cuanto más ejercite mi forma de pensar en perspectiva más fácil me resultará manejar mis momento de obcecación.