ENTENDER EL FUNCIONAMIENTO DEL AUTOCONTROL
Para lograr nuestras ilusiones, objetivos y metas debemos saber manejar situaciones de todo tipo incluso aquellas que nos llevan a nuestros límites produciendo un elevado nivel de frustración.
Actuando en caliente
Cuando estamos sometidos a una fuerte presión nuestros recursos para adaptarnos disminuyen y en algunas ocasiones perdemos el mundo de vista dejándonos llevar por nuestras emociones y actuamos de forma impulsiva. Cuando actuamos de esta manera somos menos reflexivos, no vemos las consecuencias de nuestros actos y perdemos de vista nuestras metas y objetivos. Los resultados de actuar en caliente, sin pensar a largo plazo, suelen tener consecuencias negativas para nosotros generando nuevos problemas, bajando nuestra autoestima y provocando problemas con nuestro entorno (discusiones, peleas, malos entendidos… ). Finalmente esto de nuevo genera más frustración por no haber solucionado la situación de forma práctica y controlada.
Recuperando el control
Por eso es necesario que nos conozcamos a nosotros mismos para saber qué situaciones nos predisponen a una mayor frustración. Es necesario aprender a manejarlas de forma que no interfieran en nuestros objetivos. Para ello, deberemos aprender de los errores, aprender a enfriarnos, a cambiar nuestro comportamiento, a darnos tiempo, a buscar soluciones alternativas y a levantarnos después de las caídas.
Control y frustración
Como dice Soledad Santiago “controlar es facilitarse las dificultades” así que en una situación difícil debemos aprender a no ponérnoslo aun más complicado. Es importante que podamos detectar cuales son nuestras fuentes de frustración para aprender a controlarlas, es decir, para saber afrontar la situación de una manera más fácil, aunque esto nos implique hacer cambios a los que no estamos acostumbrados.